Para muchos padres y madres el no pasar tiempo suficiente con sus hijos e hijas va generando una situación compleja desde el punto de vista emocional, ya que muchos sienten culpa, no obstante los especialistas exponen que lo que importa es la calidad del tiempo que pasamos con los niños y no la cantidad.

Todo depende de nosotros, muchas veces pasamos el fin de semana y no prestamos la atención necesaria al sentir y necesidades emocionales de nuestros niños y niñas. A veces un segundo de atención vale más que un gran regalo de cumpleaños o de navidad y quedará en la memoria de ese pequeño.

Lo primero es observarlos, no es solo mirar, sino darnos cuenta de lo que ellos hacen y lo que nos están diciendo a través de su comportamiento. Leer los sentimientos que están presentes en cada momento para ayudarles a reconocerlos, a manejarlos y a desarrollar autocontrol emocional. Aceptemos y enseñémosles que todas las emociones son válidas, que no hay ni buenas ni malas, sino agradables y desagradables.

Estar atentos a comprender lo que nuestros hijos nos están diciendo con sus palabras, su cuerpo, sus expresiones y su estado de ánimo. Esto requiere que les prestemos toda nuestra atención, dejemos de pensar o de hacer otras cosas y los miremos a los ojos.

Fuente: www.semana.com