Conoce las Conductas que alejan a los hijos e hijas de sus padres

Ser padre o madre no es fácil y somos humanos los que nos hace explorar en ocasiones, pero el problema radica, en el momento en que esas acciones, comportamientos o conductas alejan a los niños de los padres. Situaciones diarias que, si no las atajamos a tiempo, pueden hacer que perdamos a nuestros hijos e hijas.

-No le dices que le quieres: Todos necesitamos que nos besen, que nos abracen, que nos quieran… pero los niños más. La falta de afecto en los más pequeños de la casa puede derivar en problemas en su desarrollo: trastornos de ansiedad, problemas de atención y concentración, desconfianza por todo, actitudes agresivas, dificultades para expresar sus emociones… ¿De verdad quieres todo esto para tu hijo?

-Le castigas sin motivo. La próxima vez, antes de castigar a tu hijo por algo, piensa no solo en el motivo que te ha llevado a tomar esa decisión (quizás el niño no ha hecho nada y tú has mal interpretado su comportamiento) sino en el objetivo de dicha acción. Los castigos tienen que servir para mejorar la conducta del niño y, nunca nunca, deben llevar a una situación de violencia, ni verbal ni física. Eso lo único que hará es que el pequeño desarrolle comportamientos agresivos.

-Lo comparas: Cada niño es un mundo y cada uno uno tiene sus virtudes y sus defectos. Mediante la comparación con uno de sus hermanos o con alguno de sus amigos no se consigue nada más que mermar la autoestima del niño y, no es como algunos padres creen, una forma de motivarles. A partir de ahora, ¡se acabó eso de comparar con nadie!

-Le gritas: Los padres tenemos que dar ejemplo. Los niños son esponjas que están aprendiendo cada día e imitan todo lo que hacen los mayores.

-Le ridiculizas en público: Puede sonar muy fuerte, pero es una realidad: cuando ridiculizas a un niño en público le estás sometiendo a un tipo de maltrato psicológico, que hará que el niño se sienta humillado, pisoteado, rechazado y despreciado.

-Le etiquetas: «Eres malo», «Eres un desordenado», «Eres muy hablador». Una manía que tienen muchos padres es buscar siempre esa «etiqueta» para definir a sus hijos. Con este tipo de frases, lo que estamos dándole al niño es un peso extra en su camino hacia la felicidad, algo que le va a limitar y le va a modelar su personalidad pensando que tiene ese rasgo innato, cuando no es cierto.

No te interesas por sus cosas: Puede que estés agotado o estresado, pero tu hijo está deseando que llegues a casa para contarte todo lo que le ha pasado en el colegio.

Fuente: www.guiainfantil.com