Conoce síntomas de ansiedad en niños y niñas

La vida hoy es agitada, cade vez existe menos tiempo para la vida en familia, y los niños y niñas generalmente son sobreexigidos a la hora de cumplir con todas sus actividades, tanto escolares como extraescolares, por ello resulta importante detectar posibles síntomas de ansiedad y estrés en ellos.

Estos son los síntomas más comunes de la ansiedad en los niños: 

-Taquicardias, nerviosismo. En pleno ataque de ansiedad, el síntoma principal es la pérdida de ritmo pausado del latido del corazón.

-Dificultad para respirar. Al acelerarse el corazón, al niño le cuesta más mantener la respiración pausada. La respiración también se acelera y se vuelve ‘más torpe’. En casos extremos, puede llegar a hiperventilar y sufrir un mareo o un ligero desmayo.

-Sudoración excesiva. El nerviosismo que desencadena un ataque de ansiedad hace que el cuerpo sude más. ¡Es como una máquina a pleno rendimiento!

-Mareos. Al tener dificultad para mantener un ritmo sereno de respiración, el cerebro sufre un déficit de oxígeno, lo que puede producir algún mareo y un intenso dolor de cabeza.

-Tensión muscular. Los músculos se agarrotan, se tensan. El cuerpo reacciona ante la ansiedad como si tuviera que enfrentarse a un enemigo.

-Dolor de estómago. El estómago es receptor de un buen número de terminaciones nerviosos. El dicho de ‘los nervios se agarran al estómago’ es bastante acertado. La angustia y la ansiedad afectan directamente al estómago.

-Preocupación excesiva. Los niños con ansiedad suelen ser niños muy perfeccionistas y exigentes consigo mismos, que se preocupan en exceso por las cosas más triviales.

-Problemas de autoestima. Los ataques de ansiedad hacen que el niño piense que le pasa algo extraño y comience a perder autoestima y confianza en sí mismo.

-Dificultad para concentrarse. El estado de ansiedad no permite concentración. El niño comienza a tener problemas de atención.

-Pensamientos negativos. La ansiedad suele llevar al negativismo, también entre los niños. Es una situación de ‘defensa’ porque piensa que está en peligro, que hay algo que le amenaza.

-Ataques de hambre. El nerviosismo, el estrés y la angustia llevan a desequilibrar lo sentidos. Junto con la ansiedad, muchas veces aparecen repentinos ‘ataques de hambre’ y el niño necesita comer de forma convulsiva.

-Tics nerviosos. Por ejemplo, morderse las uñas o tirarse del pelo. Todos estos tics son expresiones de un estado de nerviosismo desencadenado por la ansiedad.

-Más sensible. Llora o se enfada por cualquier cosa. Las emociones se descontrolan.

-Movimientos repetitivos. Similar a los tics nerviosos, el niño que siente angustia puede ejecutar también movimientos repetitivos.

Fuente: www.guiainfantil.com