¿Cómo explicar la muerte a los niños y niñas?
Hace unos días, se informó del triste fallecimiento de la Periodista Javiera Suarez, tras una larga lucha contra el cáncer. Sin embargo, su muerte se une con un tema muy importante, ya que ella era madre de un niño de casi tres años, al que tuvo que explicar su próxima partida y lo hizo por medio de una película destacada como el «Rey León».
Es sabido que la muerte es parte ineludible de la vida, y los niños también son conscientes de ello. El problema llega cuando hay que explicar a los más pequeños, acostumbrados a ver la muerte como algo ajeno en televisión o en videojuegos, el fallecimiento real de un ser querido, un tema delicado y muchas veces evitado en la familia.
En cualquier caso, la primera idea que hay que tener para hablar de la muerte a un niño es que “siempre hay que decirle la verdad”, considerando siempre la edad de los pequeños y pequeñas.
Para hablar con nuestros hijos sobre la muerte, es recomendable:
-Estar preparado: reflexionar sobre nuestras propias preguntas o creencias sobre la muerte para que, cuando hablemos con nuestro hijo, tengamos claro lo que queremos decir y lo que les queremos transmitir.
-Ser sincero: las mentiras o ciertas metáforas, que a veces utilizamos para que el tema de la muerte sea menos aterrador, pueden causar más malestar que alivio. Si no estamos seguros de una respuesta o no estamos preparados para discutir algo, es mejor decir «no lo sé» que mentir.
-Ser sensible a la etapa de desarrollo del niño/a: dado que a menudo se representa la muerte en la pantalla, los niños pequeños pueden tener dificultades para tomarla en serio.
-Estar cerca: es mejor partir de la base de lo que cada niño sabe o cree acerca de la muerte, sobre todo para ayudarle a comprender. Quizás se esté haciendo una idea equivocada y que sufra por ello. Debemos aprovechar cada ocasión (en la vida cotidiana) para explorar como entiende la muerte.
-Ser claros: Debemos ser simples y breves en nuestras explicaciones. Debido a que la mente de los niños piensa en términos concretos, puede ser más fácil hablar de la muerte en términos biológicos, como un cambio en una función.
-Esperar: después de hablar con nuestro hijo sobre la muerte, puede parecer que se quede satisfecho porque regresa a sus juegos. Está bien, probablemente regrese a sacar el tema en unos días (después de haber “procesado” lo que hemos estado hablando) y ese será un buen momento para comprobar lo que ha entendido y preguntarle si tiene más preguntas.
-Tranquilizar: cuando se habla de la muerte, es frecuente que los niños pequeños pregunten a los padres: «¿tú también te morirás?». Quizás sean demasiado pequeños para comprender que la muerte es permanente, pero lo que realmente les asusta es quedarse “solos”. Es una buena idea confirmarlo, preguntándoles: «¿Te preocupa que no pueda cuidarte?». Si esa es su preocupación, podemos tranquilizarles diciendo: «probablemente no muera en mucho, mucho tiempo, así que estaré aquí todo el tiempo que me necesites». Un niño mayor podría necesitar más consuelo y se le puede decir: «si muriera, hay muchas personas que se ocuparían de ti, como la tía y el tío».
Fuente: www.elpais.com