Muchos niños y niñas han sido víctimas de situaciones familiares complejas, han vivido en carne propia el abandono y tras este escenario, se comunican o expresan desde los dos polos más recurrentes como son la agresividad o el otro polo que es la sumisión. Pero hoy por medio de este texto en Fundación Sentidos queremos mostrarte la Asertividad, una habilidad que todos podemos trabajar.

Según los expertos, la asertividad comprende una forma de actuar y de comunicarse en cuyos extremos se encuentra la pasividad y la agresividad. Siendo éstos últimos más formas más usadas principalmente por los padres.

Los niños pasivos son aquellos que no consiguen actuar frente a aquellas situaciones que les son incomodas o ante las que se sienten agredidos, por ejemplo cuando permiten que los compañeros de colegio se burlen de ello. Esta actitud daña la autoestima del pequeño.

En el lado contrario se encuentra el comportamiento agresivo infantil. En este caso el niño sabe defenderse, pero lo hace de forma violenta y dominante, sin tener en cuenta los sentimientos de los demás.

Por ese motivo es fundamental que mandres, padres y abuelos eduquenen la asertividad, enseñarles a defender sus opiniones y derechos sin causar daño al resto, y también a expresar críticas constructivas y a saber reconocer los errores propios. Aquí tienes más información sobre cómo educar en la asertividad.

Fuente: guiainfantil.com