Amor-odio, aceptación-rechazo, alejamiento-acercamiento, son sentimientos que caracterizan, con mayor o menor intensidad, al vínculo más profundo que existe en la vida de toda mujer, la relación con su madre.

Jessica Toro, es mamá de una joven de 17 años, la relación entre ambas nunca ha sido fácil desde que está tuvo a su segundo hijo junto a otra pareja. Lo que llevó que ambas vivieran momentos difíciles que conjugaron la lejanía, rebeldía y violencia.

Esta madre, fue derivada a Fundación Sentidos, tras una denuncia impuesta por el Psicólogo que atendía a su hija. La joven habría asegurado que su progenitora era violenta y que prefería estar en otro lugar.

La denuncia hacía esta madre fue lo definitivo, llevaron a que Jessica, perdiera la custodia de su hija. Esta partió junto a su tía, pero no duró mucho tiempo, la mujer al poco tiempo aseguró que no podía hacerse cargo de la joven.

La adolescente, volvió con su madre, pero al poco tiempo se fue de la casa y estuvo perdida por más de tres meses. Al aparecer aseguró haber estado con su tía todo el tiempo y fue también golpeada por su pololo. A pesar de regresar tribunales, determinó su internación en un hogar. Tras este hecho la menor de edad fue cambiando su actitud rebelde y agresiva y hoy vive nuevamente con Jessica y su hermano menor de forma sana con límites y obligaciones la que incluye que esté nuevamente en el sistema escolar.

Durante todo este largo periodo, Jessica, siguió asistiendo a talleres de Fundación Sentidos, recibió cariño y orientación de cómo actuar de forma eficaz para criar a sus hijos, sobre todo al menor que vio la difícil relación que tenía con su hermana.

Tras todo este proceso, Jessica Toro, reflexionó que “gracias a Sentidos, aprendí a decir No y poner límites en la conducta de mis hijos”.