Hace 15 o 20 años  era común que los niños y jóvenes se gritaran, se dijeran sobrenombres, o se unieran en grupo para enfrentar a sus rivales del colegio cercano, lo que muchas veces terminaba con risas, pero hoy el escenario es distinto, y el Bullying que viven nuestros hijos, ha sobrepasado lo manejable. Menores amenazados, profesores intimidados y padres impotentes.

Para nadie es desconocido el gran número de hogares rotos en nuestro país,  lo que lleva en  muchos casos a que niños y jóvenes busquen formas de votar su irá, su presión y consideran muchas veces en forma inconsciente, que el molestar a otro, calman su descontento y frustración emocional.

En la búsqueda de mecanismos que ayuden a combatir esta práctica, la Superintendencia de educación realizó el primer informe sobre bullying escolar. Se consideraron todo tipo de establecimientos, públicos y privados, mixtos o de un sólo género.

Los tipos de agresión se separan en psicológicas y físicas. Considerando estas últimas, las denuncias consideraron desde golpes y empujones, hasta estrangulamiento y cortes.

El orden, de mayor a menor fue: golpes sin objetos (26,98%), puñetazos (20,63%), lanzar un objeto (12,7%), estrangular (6,35%), patadas (4,76%), golpes con objetos (4,76%), empujón (3,17%), cortes (3,17%) y también con un 3,17%, cachetadas.

Cabe señalar que este material estadístico fue construido en base a las denuncias, lo que no es un hecho menor. La psicóloga de la Universidad del Pacífico, Sofía Fiedler, señaló a Publimetro que «es difícil construir estadísticas certeras sobre estas situaciones, porque muchos niños callan lo que pasa al interior del colegio por vergüenza, falta de confianza con los padres o incluso temor a represalias». La especialista agregó que «es muy probable que las cifras sean aún mayores».

Fuente: Publimetro