Tiempo en familia: ¿Cantidad o calidad?

Hace algunas décadas, la familia se reunía entorno a la mesa en forma constante, pero hoy resulta difícil, debido a los horarios de trabajo y obligaciones que incluye  una casa. No obstante es posible generar momento de encuentro con los hijos e hijas.

La percepción generalizada que todos tenemos al hablar de tiempo de calidad es la de aquel en que se comparten juegos, sonrisas, cuentos y actividades activas con los niños. Es un tiempo maravilloso para relacionarnos con ellos, para disfrutar y para que disfruten con nosotros.

Sin embargo, el problema de este tipo de discurso es que al hablar de tiempo de calidad, queda relegado a “de no calidad” otro tipo de tiempo o actividades con los niños que también deberían vivir con los padres, madres, abuelos, tíos, etc

 

Si tenemos en cuenta que las personas aprendemos por imitación, y los niños todavía más, pues centran sus cinco sentidos en absorber el mundo que les rodea, deberíamos considerar tiempo de calidad todo aquel tiempo que compartamos con los niños.

Esto significa que tiempo de calidad es:

  • Ir a comprar: Verte decir “buenos días”, “gracias”, “hasta pronto”, “te has equivocado con el cambio”, ayudarte a poner las cosas en la cesta de la compra, elegir manzanas verdes o rojas,…

 

  • Ir a la peluquería: Ver cómo le lavan el pelo a mamá, cómo se lo cortan y ver cómo mamá sonríe con 200 pinzas en la cabeza mientras juega con papá.
  • Limpiar la casa: Dejarle que te ayude, darle una escoba para él (si es de su tamaño mejor).
  • Hacer la comida juntos: Con los ingredientes que has comprado, descubrir el maravilloso proceso que hay entre la comida en el plástico y la comida en el plato.

Fuente: https://www.bebesymas.com