En vísperas de la visita del Papa Francisco a Chile, recordamos algunas de sus reflexiones sobre la infancia
Estamos a pocos días de la visita del Papa Francisco a Chile, y su agenda estará marcada por una misa en el Parque O’Higgins y un encuentro con habitantes de la Región de La Araucanía. Sin embargo es importante destacar el compromiso del pontífice con la infancia.
Durante su papado hemos podido observar acciones en post de los niños, como parar su auto y saludar a niños enfermos o participar de conversaciones abiertas con pequeños donde el mismo Francisco responde sus dudas sobre Dios y la Iglesia.
«Cuando se trata de los niños que vienen al mundo, ningún sacrificio de los adultos será juzgado demasiado costoso o demasiado grande.” (Audiencia General del Papa Francisco, miércoles 8 de abril del 2015)
«Una sociedad que abandona a los niños y que margina a los ancianos corta sus raíces y oscurece su futuro. Y vosotros hacéis la valoración sobre qué hace esta cultura nuestra hoy, ¿no? Con esto. Cada vez que un niño es abandonado y un anciano marginado, se realiza no sólo un acto de injusticia, sino que se ratifica también el fracaso de esa sociedad. (Discurso del Papa Francisco a los participantes en la plenaria del Consejo pontificio para la familia.” Viernes 25 de octubre de 2013
“Es curioso: Dios no tiene dificultad para hacerse entender por los niños, y los niños no tienen problemas para comprender a Dios.” (Audiencia General del Papa Francisco, Miércoles 18 de marzo de 2015)
“Los niños nos recuerdan otra cosa bella; nos recuerdan que somos siempre hijos. Incluso si uno se convierte en adulto o anciano, aún si se convierte en padre, si se ocupa un lugar de responsabilidad, por debajo de todo esto permanece la identidad de hijo. Todos somos hijos. Y eso nos vuelve a llevar siempre al hecho de que la vida no nos la hemos dado nosotros, sino que la hemos recibido.» (Audiencia General del Papa Francisco, miércoles 18 de marzo de 2015)
“Los niños son en sí mismos una riqueza para la humanidad y también para la Iglesia, porque nos llaman constantemente a la condición necesaria para entrar en el Reino de Dios: aquella de no considerarnos autosuficientes sino necesitados de ayuda, de amor, de don…» (Audiencia General del Papa Francisco, miércoles 18 de marzo de 2015
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